Antes que se iniciara la invasión de Ucrania por parte de Rusia en enero de 2022, este país comercializaba su crudo de referencia –el Ural- en más de 22 dólares por encima del Merey, que es el indicador de Venezuela. Es decir, una brecha no menor a 36% en términos relativos.
La situación ahora llega al punto que un barril del Ural tiene un precio inferior y se vende con un descuento de 15% -alrededor de 10 dólares- con respecto al del Merey y, básicamente, ambos países compiten por el mismo mercado: el asiático, sobre todo, empresas privadas de refinación en China.
En enero de 2023, el precio del petróleo venezolano se facturó en promedio en 61 dólares por barril; mientras que los rusos vendieron el mismo volumen del Ural en 52 dólares, con la ventaja que este último es una mezcla más liviana y sin pasar por el proceso de mejoramiento.
“La guerra nos ha generado una complejidad porque Rusia, a raíz de las sanciones, se ha volcado al mercado euroasiático, a China. Está vendiendo con unos descuentos que nos generan una dificultad enorme, el costo del flete se encareció casi cuatro veces post pandemia, sigue subiendo y nos ha dificultado comercializar los crudos”, comentó el diputado William Rodríguez, presidente de la Subcomisión de Hidrocarburos de la Asamblea Nacional. “En términos históricos y económicos nos ha tocado convertirnos en piratas porque hemos tenido que tercerizar y buscar buques fantasmas que deben apagar sus GPS internacionales para hacer los trasbordos y comercializar nuestro crudo”, agregó el parlamentario.
PUBLICADO: 02 de marzo de 2023