Por Andrés Rojas Jiménez
Es inevitable para un periodista venezolano entrevistar a Francisco Monaldi sin preguntas sobre cómo se encuentra la actividad petrolera en su país natal, aún cuando las respuestas quizás ya se las hayamos escuchado en sus conferencias o en los mensajes que pone en sus redes sociales.
En Petroguía hicimos el ejercicio tomando en cuenta la posición que tiene como director del Programa de Energía de América Latina en el Instituto Baker de Políticas Públicas en la Universidad Rice en Houston. Comenzamos por la situación petrolera mundial, marcada por los efectos de la guerra de Ucrania en todo el mercado energético, luego abordamos el papel estelar que están teniendo Guyana y Brasil; y en la interrogantes finales apareció inevitablemente Venezuela porque en la actual coyuntura global hay varios países de América donde confluyen que tienen petróleo, su presidente es de izquierda y pesa la carga ideológica a favor del estatismo, pero su permanencia política requiere de la atracción de capitales extranjeros y privados.
“Es fascinante ver que la región -excepto por México y Colombia- en muchos sentidos y en varios décadas está más abierta a los privados en el sector petrolero porque en la mayoría de los países hay una búsqueda de inversión y la mayoría en regímenes de gobiernos de izquierda. La política petrolera al final no es solo ideología, sino que tiene un componente importante de pragmatismo y necesidad”, comenta.
-Las principales economías dan signos de recesión, los precios de los crudos de referencia internacional están por debajo de 100 dólares por barril y el conflicto en Ucrania está lejos de resolverse. ¿Qué tiene más peso en el mercado petrolero: la recesión o hay una efecto en la oferta debido a las restricciones que Estados Unidos y la Unión Europea le han impuesto al petróleo ruso?
-Estamos en una coyuntura de varios años que es compleja de analizar porque hay mucha incertidumbre y variables moviéndose a la vez. El precio del petróleo subió rápidamente en el año 2021 porque la recuperación de la demanda post Covid fue muy acelerada y sobrepasó el crecimiento de la oferta. Si no hubiera habido la invasión de Ucrania el año pasado, es muy probable que no hubiéramos tenido incremento de precios adicionales al de 2021, pero la guerra generó una incertidumbre adicional y una reducción no muy significativa de los barriles que aportaba Rusia al mercado y eventualmente la OPEP que había estado siendo la fuente de mayor incremento de producción pero dejó de aumentarla e incluso redujo un poco la producción. Entonces, a pesar de lo que nos hubiéramos podido imaginar del efecto de la invasión, el precio del petróleo está por debajo de lo que estaba antes de la invasión de Ucrania y después que se han visto picos –por encima de 120 dólares por barril en dos meses diferentes el año pasado- ahora estamos en un rango entre 80 y 90 dólares por barril recientemente. El precio promedio del año pasado -para simplificar las cosas- estuvo en 100 dólares por barril.
- ¿Cuáles son las variables que se deben tener en cuenta en el mercado petrolero para el 2023?
-Esta la recesión mundial, pero también está una variable que había pesado mucho y que pareciera que ahora esta cambiando de dirección como es la medida de cuarentena que había en China por el Covid y ahora la reapertura de la economía china pareciera que va a significar un incremento importante en la demanda mundial. De hecho, se plantea que la demanda mundial este año podría aumentar 2 millones de barriles diarios para llegar a su pico histórico, lo que es contrario a lo que mucha gente pensaba en la época del Covid, que ya ese nivel se había alcanzado como es el de 102 millones de barriles por día, volumen que en buena parte vendría dado por China. En cambio, las economías desarrolladas van a tener una tendencia a tener un crecimiento muy bajo.
El shale afianza a EEUU como productor
- ¿Qué países pudieran cubrir ese incremento en la demanda sobre todo por el aumento en el consumo por parte de China?
-Vamos a tener una caída en la oferta de crudo de Rusia pero donde sí se ve un incremento importante es en nuestro hemisferio occidental, básicamente Estados Unidos, que el año pasado aumentó la producción en un poco más de un millón de barriles por día y en 2023 estaría aumentando otro millón de barriles por día, fundamentalmente de shale oil o petróleo de lutitas; y después vemos un aumento importante en América del Sur, básicamente en Brasil aumentando entre 300.000 y 400.000 barriles por día y Guyana en 200.000 barriles. Puede haber pequeños incrementos en México, Argentina y Venezuela y ligeras disminuciones en Ecuador y Colombia.
-En el caso de Estados Unidos, ¿eso quiere decir que el gobierno de Joe Biden se aparta de lo que fue su oferta electoral a favor de las energías renovables y contraria al shale oil?
-En Estados Unidos actúa fundamentalmente el mercado. Si bien la administración Biden ha dado un impulso a las energías renovables con una ley que implica un gasto histórico y nunca visto en esta áreas, al mismo tiempo no ha hecho mucho por impedir el crecimiento del sector petrolero a pesar de que hay representantes de empresas que se quejan de algunas restricciones a las emisiones de gas metano o que no se entregan tantas licencias para explorar como se hizo en el pasado donde el Gobierno Federal tiene jurisdicción, pero fundamentalmente la realidad responde a la oferta y demanda junto a la disponibilidad de reservas de shail oil, aunque ese crecimiento no está respondiendo tan rápido como en otras coyunturas de incremento de precios. Aún así, la locomotora de la producción americana será la principal en 2023 y eso es importante porque aun cuando existe una incertidumbre tremenda por el lado de la oferta, la gran incertidumbre es Rusia.
- ¿Por qué?
-Hasta ahora la caída en la producción en Rusia ha sido bastante menor de lo que se esperaba porque los rusos han exportado masivamente y con grandísimos descuentos a Asia lo que antes exportaban a Estados Unidos y Europa, pero algunos pronósticos señalan una caída de 1,5 millones de barriles diarios a lo largo de todo este año y eso podría generar una crisis de precios.
La forma de Rusia para evadir sanciones
-Por el lado de la Unión Europea están las restricciones en la compra de petróleo ruso sobre todo con respecto al precio. ¿Qué efecto puede tener sobre el mercado mundial la oferta que realice Rusia?
-Los rusos van a estar evaluando permanentemente qué les conviene y qué tanto se cumplen las normas de los europeos, pero básicamente la decisión ha sido la de prohibir la compra de petróleo de Rusia por vía marítima y han puesto limitaciones importantes para que las empresas europeas participen en contratos, excepto con aquellos que tenga límites en los precios, pero no estoy seguro del cumplimiento de ese tipo de restricciones sea efectivo. Lo que sí estamos viendo es una redistribución impresionante del mercado petrolero mundial, que está generando una situación históricamente única en el cambio de las rutas.
-¿A dónde va ese petróleo?
-Los dos grandes mercados del petróleo ruso eran China y Europa y ahora vemos como se está dirigiendo una parte gigantesca hacia India y otra parte adicional a la que ya se llevaba a China, pero buena parte de ese petróleo ruso se está enviando como unas ventas en el mercado negro y de manera similar a la que se suministra el petróleo iraní y el venezolano. Esa situación pone a Irán y Venezuela en una situación complicada porque los tres países están compitiendo por el mismo mercado y los lleva a tener una especie de guerra.
El rol de la OPEP+ lo marca Arabia Saudita
- ¿Percibe que la OPEP+ seguirá en esa línea que adoptó a fines del año pasado de recortar producción o más bien revertirlas?
-La clave allí está en la decisión que adopte Arabia Saudita y sus más cercanos aliados como los Emiratos Árabes Unidos y Kuwait y por eso van a estar vigilando el mercado. Aunque el gobierno de Estados Unidos criticó duramente a Arabia Saudita, la verdad fue que en el último trimestre de 2022 y lo que va de 2023 lo que está generando es una acumulación de inventarios, es decir, la oferta está superando a la demanda.
-¿Qué efecto puede tener esa acumulación?
-Eso quiere decir que los sauditas hicieron algo más allá de lo simbólico de un recorte que para que esté afectando el mercado. Aunque no ha habido una desacumulacion de inventarios como se hubiera podido imaginar con el recorte que se acordó el año pasado. Po otro lado, hay que recordar que el recorte es menor al que anuncia la OPEP+ porque la mayoría de los países de la organización están produciendo muy por debajo de su cuota y cuando hacen recortes terminan siendo ficticios con la excepción del que realizan los países árabes del Golfo.
-¿Cuál sería la respuesta de Arabia Saudita si cae la producción de Rusia?
-Los sauditas van a monitorear con mucho cuidado la situación y si hay una caída significativa en la producción de Rusia es posible que traten de ayudar para estabilizar el mercado y evitar que se sobrecaliente. A los árabes nunca les ha convenido que el petróleo genere recesiones mundiales. En este momento se prevé que la producción de la OPEP+ caerá cerca de un millón de barriles y los países que forman parte de esta iniciativa, pero no forman parte de la organización tendrán unos incrementos.
Las estrellas de América del Sur
-Anteriormente destacó el rol que tendrían Brasil y Guyana, ¿Cuánto puede esperarse de la producción de ambos países y por que están figurando en la región?
-Es bueno recordar que las decisiones que se toman en el sector petrolero hoy tienen efectos años después; por tanto, los brasileños y guyaneses están cosechando la política de apertura a la inversión de años atrás como las rondas de licencias, el éxito exploratorio que tuvieron Brasil en el Presal y Guyana gracias a las reservas que encontró Exxon Mobil en el bloque Stabroek. Por tanto, esto no tiene que ver con los altos precios del petróleo que hemos tenido en los últimos meses, aunque ciertamente han favorecido a estas inversiones y que se venían planteando desde hace tiempo con estos descubrimientos.
-¿Qué puede esperarse en el caso de Guyana?
-Guyana tiene un proceso indetenible de crecimiento de la producción, que ya lo está convirtiendo en uno de los países mas importantes en producción per cápita del mundo y puede llegar en algún momento a producir 2 millones de barriles por día y con una población minúscula lo convertiría en el mayor productor de petróleo por habitante de la historia de la humanidad mucho más que Venezuela en su pico, más que Kuwait o los Emiratos Árabes Unidos. Es algo impresionante lo que esta ocurriendo en esa pequeña nación.
-¿Qué ocurre en Brasil?
-En el caso de Brasil es una combinación que parte del hecho como Petrobras, después de pasar una crisis por los escándalos de corrupción y el excesivo endeudamiento, después en las gestiones de Michael Temer y Jair Bolsonaro tuvo una reestructuración muy significativa, vendió activos no medulares y se concentró en la producción en el Presal, que son los yacimientos más prolíficos costa fuera y eso ha hecho que Brasil se esté configurando en la potencia que se venia prefigurando con nuevos descubrimientos y hoy en día va a producir mas de 3 millones de barriles diarios e ingresó al club que en el pasado solo lo tuvieron Venezuela y México en América Latina.
Brasil seguirá aumentando la producción a pesar de los potenciales cambios políticos que ocurran durante la administración de Lula, y por tanto, es probable que ese crecimiento no se detenga. La única posibilidad para que no veamos un crecimiento continuado en Brasil en la próxima década seria por una caída de precios muy sustancial o una situación de inestabilidad política muy grande, pero eso no se prevé en este momento.
- ¿No se ve una reversión de ese avance por parte del gobierno de Lula?
-Eso no lo veo tan probable en el sentido de que Lula ya la vez pasada en sus anteriores gobiernos, si bien hizo cambios que afectaron el crecimiento del sector, pero no modificó los contratos existentes que ya con eso permitieron un crecimiento significativo. En todo caso, si durante los gobiernos de Lula y Dilma Rousseff no hubieran hecho los cambios al marco institucional que implemento Fernando Henrique Cardoso, probablemente Brasil estuviera produciendo 4 millones de barriles diarios, pero con el volumen actual de 3 millones de barriles eso es más que su producción hace 20 años. En todo caso, ahora Lula lo que podría hacer es que algunas inversiones se retrasen o que algunas cosas salgan mas costosas.
Ameríca Latina, presidentes de izquierda y petróleo
-¿No percibe que la política petrolera de Lula se como la de Gustavo Petro en Colombia o la de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en México?
-Gustavo Petro está en contra de la industria petrolera y AMLO está en contra de la participación privada en la industria petrolera, en cambio Lula ha sido muchísimo más pragmático en este sector.
- ¿Eso quiere decir que las expectativas favorables para la actividad petrolera que había en México, con la reforma hasta constitucional que impulsó Enrique Pena Nieto desaparecieron; y tampoco las hay en Colombia por el discurso contra el petróleo que tiene el presidente Petro?
-Totalmente. En todo caso es fascinante ver en América Latina los diferentes tipos de izquierda y su visión sobre el petróleo. En el caso de AMLO su obsesión es que las empresas estatales como Pemex (Petróleos Mexicanos) o la del sector eléctrico vuelvan a ser líderes dominantes en sus respectivos sectores y eso ha acabado con todas las perspectivas de la inversión privada en México. Los contratos que lograron tener éxito exploratorio van a tener un incremento de producción y por eso ha tenido una estabilización en su volumen, los privados producen 100.000 barriles diarios y pueden llegar a 200.000 barriles, pero fuera de eso lo que ve es una declinación a pesar de ser un país con un potencial gigantesco. El gobierno de AMLO insólitamente ha dirigido los recuerdos a un proyecto de una refinería que le está costando una barbaridad. Estamos hablando de un monto alrededor de 20.000 millones de dólares monto con el que se hubiera podido comprar casi todo el parque refinador privado en el estado de Texas. Una cosa totalmente insensata.
-¿Qué puede esperarse de la política petrolera de Petro en Colombia?
-En el caso de Petro vemos una mezcla de anti capitalismo con unas ideas mal formadas sobre el cambio climático.
- ¿Por qué mal formadas?
-Si Petro quiere ayudar con el tema de la transición energética debería concentrarse en el fortalecimiento de la producción de energías renovables y establecer impuestos para que los colombianos consuman menos combustibles fósiles, pero no tiene porque no satisfacer la demanda mundial ya existente de combustible.
-¿Cuáles pueden ser las consecuencias?
-En caso de que no se hagan las inversiones, Colombia se convertirá en un importador de gas en los próximos años y eventualmente también importador de petróleo. Es una política muy insensata para un país que depende totalmente de las exportaciones de hidrocarburos y de carbón. Los costos de estas decisiones se verán en algunos años y es posible que Petro no vea lo peor de lo que ha implementado sino los dos gobiernos siguientes después de él.
- ¿Qué puede esperarse de los otros países de América Latina que también son productores de petróleo comenzando por Venezuela?
-Los otros países de América Latina están tratando de atraer inversión como vemos en Venezuela, Ecuador, Argentina pero que por diversas razones tienen dificultades en hacerlo. Están los problemas macroeconómicos en Argentina, estabilidad y apoyo político en Ecuador y en Venezuela hay una combinación de cosas que conocemos.
Inevitable no hablar de Venezuela
-Dentro de esa visión de posturas que muestran los diferentes presidentes de izquierdas que hay en América Latina, ¿Percibe por parte de Nicolas Maduro una rectificación a todo lo que fue la política de estatización que impulso Hugo Chávez?
-Los países latinoamericanos solo se abren en el sector petrolero porque se ven forzados a hacerlo. La ideología prevalente en toda la región -con grados mejores y peores- es de estatismo en el sector petrolero y en el caso de Venezuela Hugo Chávez llegó al poder después de una apertura exitosa que agregó 1,1 millones de barriles diarios de capacidad y se pudo dar el lujo cortoplacista de cerrar ese proceso. Los proyectos que se plantearon en su gobierno eran irrealizables porque requerían precios elevados del crudo y a eso se agrega todos los desastres que hubo con PDVSA (Petróleos de Venezuela), pero ahora estamos en una situación en la que el pragmatismo tiene que prevalecer porque la producción cayó de una manera brutal, la empresa estatal no tiene capacidad de recuperar la producción significativamente y eso se ve en la propia producción de PDVSA, que registra una caída más dramática. Nicolás Maduro necesita la apertura en el sector petrolero pero no es creíble su acercamiento porque filosóficamente no es está convencido, pero se ve forzado a hacerlo.
-¿Considera factible que haya un aumento de producción en 2023?
-Sí creo que hay una tendencia a aumentar producción en Venezuela y eso comenzó con la propia gestión de Rafael Ramírez como ministro de Petróleo y presidente de PDVSA, luego con Nelson Martínez y Eulogio Delpino e incluso de Manuel Quevedo con contratos de servicios e intentos para modificar la Ley Organiga de Hidrocarburos y ahora con el contrato especial que se firmó con Chevron, el cual no se conoce. Todo eso nos indica que el sector petrolero venezolano está abierto a la inversión y está buscando atraerlas. Las preguntas son: ¿Qué tan exitoso será? ¿por cuánto tiempo será? ¿Cómo se combina eso con las sanciones?
PUBLICADO: 07 de febrero de 2023