Por Luis Oliveros @luisoliveros13 / Economista
La recuperación del sector petrolero es condición necesaria más no suficiente para recuperar la economía de Venezuela, pero sin lugar a dudas hoy es la mejor y prácticamente única herramienta con la que cuenta el país para generar cambios positivos en su economía y enfrentar los desafíos de los próximos años. Para hacerlo, hace falta un plan petrolero ambicioso, pro mercado, competitivo e innovador.
Ese plan petrolero requiere de una inversión gigantesca. El colapso actual de nuestra industria petrolera es de grandes y profundas dimensiones. Hay que tener muy claro que solos no podemos hacer frente a esa inversión, por lo que un porcentaje importante de la misma tendrá que venir del sector privado extranjero, pero también serán necesarios los préstamos de los organismos multilaterales. Esa ayuda de los multilaterales al igual que ese plan petrolero, mucho dependerá del instrumento legal que en materia de hidrocarburos tengamos en Venezuela.
Debemos tener en cuenta que Venezuela entrará a competir con Guyana, Colombia, Ecuador, Brasil, Argentina (por solo citar países de la región), por los capitales extranjeros dispuestos a invertir en la industria petrolera global. El instrumento legal de cada país, junto con la estabilidad macroeconómica y política, además de la base de recursos disponibles, serán fundamentales a la hora de tomar la decisión del destino.
Tal vez la ley más importante (desde el punto de vista económico) para Venezuela sea la Ley Orgánica de Hidrocarburos (LOH). Hoy, el principal problema con esa ley, al igual que con otras en el país, es que no se cumple. PDVSA es un muy mal socio, las empresas privadas no cuentan con seguridad jurídica. Si se quiere generar una recuperación del sector, irremediablemente hace falta reformar y hacer cumplir la LOH.
Hoy en el país existe consenso, sobre la necesidad de una reforma de la ley y en la importancia de aumentar el rol de las empresas privadas (por ejemplo, hoy nadie se molestaría en abrir el mercado interno a la inversión privada). Ese consenso fácilmente abarca a todos los partidos políticos que hacen vida en la actual Asamblea Nacional.
Una reforma a la LOH debe buscar que Venezuela pueda monetizar sus enormes reservas petroleras y adecuarnos a las nuevas realidades del mercado petrolero internacional.
La imprescindible transformación de la industria petrolera, el necesario aumento del rol de la empresa privada en la industria, el impulso que como sector tiene la industria y las cadenas de valor, se pueden hacer reformando algunos artículos de la ley actual, como por ejemplo el artículo 22 (entre otros).
El momento actual no parece el propicio para la promulgación de una nueva ley. El país (y sobre todo los venezolanos) no pueden darse el lujo de esperar el tiempo que llevaría conseguir los acuerdos mínimos entre las partes políticas del país para hacer la formulación de una nueva LOH. Es menester aprovechar el consenso que hoy existe sobre la necesidad de una reforma.
Diferencias sobre el rol la Agencia Nacional de los Hidrocarburos, la Ronda Cero o una fuerte disminución en la regalía (por solo citar tres puntos de controversia) podrían llevar a una innecesaria y larga disputa política. Por otra parte, no parece conveniente aprobar una reforma de la LOH y mantener la discusión de una nueva ley, eso destruiría los incentivos de las empresas extranjeras a invertir en la industria petrolera venezolana. ¿Para que invertir con unas reglas de juego que cambiarán en uno-dos años? ¿Dónde queda el discurso de la seguridad – estabilidad jurídica?
Por último, quiero dejar un comentario sobre el tema de regalía, el cual es fundamental: Si bien hay que reconocer que no es despreciable otorgar reducciones en la regalía para incentivar proyectos, hay que tener en cuenta que el Estado venezolano necesitará recursos para enfrentar la crisis actual, necesitará espacio fiscal, necesitará una batería de instrumentos fiscales para trabajar en:
a) Salir de la brutal depresión
b) Establecer una política social
c) Generar condiciones para el crecimiento sostenible
d) Presentar a las multilaterales una fuente de ingresos acorde a los préstamos que se vayan a pedir.
Ese Estado necesitará capacidad para llevar a cabo políticas anticíclicas y sostenibilidad fiscal, más aún teniendo en cuenta lo complicado que será el periodo post-pandemia. El problema- desafío venezolano es aún mayor. Debilitar la obtención de recursos del Estado venezolano, lo pone en una situación desventajosa de cara a enfrentar esos problemas o a estos próximos años que vienen post COVID-19. Se debe llevar a cabo un ejercicio fiscal para definir el tema de regalía de cara a la reforma de la LOH.
PUBLICADO: 30 de mayo de 2020