El Mundo de la Energía
Jueves 31 Octubre 2024 07:54:26 PM

"Encantador libre mercado: Trump y el cartel OPEP+"

Por Álvaro Ríos Roca / Ex ministro de Hidrocarburos de Bolivia y actual socio director de Gas Energy Latin América.
Los que creemos en que el mercado es el que debe fijar los precios de los productos y servicios, podemos una vez más rasgarnos las vestiduras con lo recientemente acontecido en el mercado global de petróleo.
Lo que explicaremos es precisamente la injerencia con una mirada crítica de algo que seguiremos pregonando. Es mucho más beneficioso que el mercado (oferta y demanda con todas sus distorsiones) en competencia, fije los precios de los productos y servicios, a que lo hagan a dedo, políticos de turno. La mayoría de las veces en concomitancia con los que se favorecen de los precios fijados o impuestos.
Una cosa es regulación de costos para establecer precio o tarifas de servicios públicos donde hay monopolios naturales donde no hay competencia. También los monopolios de facto de dominancia de mercado por uno, dos, o más agentes debe romperse para generar competencia. Esa es tarea de los gobiernos. Los pactos de precios entre agentes de mercado es una violación al mercado que debe castigarse y censurarse. Exactamente esto último es lo que acontecido con la famosa OPEP+ y por supuesto con la injerencia del presidente Tump. Analicemos.
Durante 2018 a 2019 los precios del petróleo se establecían entre 60 a 70 dólares por barril otorgando tranquilidad y por supuesto ganancias a los países productores y a empresas productoras del vital elemento que aun mueve a la economía y al transporte mundial.
La producción global durante esos dos años promediaba 100 Millones de barriles por día. Empero al finalizar el 2019 se da la erupción del COVID 19 en China y la alerta comienza a afectar la demanda. La producción de petróleo sin embargo se mantiene en 100 millones de barriles diarios, pero los precios comienzan a declinar. Los precios WTI y Brent en enero eran ya de 57,6 y 63,6 dólares por barril, y en febrero caen a 50,6 y 55,7 dólares por barril, respectivamente.
Con este escenario, el 5 de marzo se da una reunión de dos días de la OPEP y de sus aliados, denominados OPEP+, entre ellos Rusia con el objetivo de tratar de establecer cuotas de reducción de producción y subir precios. El 6 de marzo el barril de petróleo se cayó otro 10% tras fracaso de conversaciones y donde Rusia se niega a reducir producción.
El 9 de marzo Arabia Saudita desata la guerra de precios ante Rusia por su negativa a reducir producción y por supuesto los precios se desploman llegando en marzo en promedio a 30,5 dólares el WTI y a 31,8 dólares el Brent. A finales de marzo los precios ya estaban por debajo los 25 dólares por barril, a niveles de 2002.
Adivine adivinador ante este escenario de precios por debajo los 30 dólares por barril ninguno de los frackers de shale en Estados Unidos podía seguir frackeando la roca, porque resultaba antieconómico (punto de equilibrio) y no había como pagar deudas en un sector además muy endeudado.
Así aparecen unos tuits del presidente Trump el 2 de abril que hace que los precios repunten casi un 25%. En ellos anuncia que existía esperanzas sobre un acuerdo entre Moscú y Riad para recorte de producción. El 3 de abril los precios ganan otro 10%, impulsados por optimismo sobre final de la guerra de precios entre Rusia/OPEP+. Con palo y zanahoria de por medio el poderoso presidente de Estados Unidos comienza su accionar.
El 9 de abril tras una reunión de la OPEP+ por videoconferencia se da lugar a un acuerdo histórico para reducir la producción en 10 millones de barriles diarios, que por supuesto no es suficiente por la sobreoferta y la demanda super contraída por el virus. El 20 abril, un día inédito para el mercado petrolero los precios se caen a negativo 35 dólares por barril para los futuros de mayo por falta de almacenamiento. La demanda en abril se cae a 79 millones de barriles diarios, es decir una caída global de 21%.
Bueno gracias a los recortes de los países OPEP+ y por las presiones de Estados Unidos y sus socios, los precios han comenzado a trepar llegando este junio a los 40 dólares por barril. Lo interesante de todo esto es que es la primera vez en muchas décadas en que vemos al gobierno americano afanado en subir los precios del petróleo porque siempre ha ocurrido todo lo contrario.
Bueno ahora está de por medio una industria pujante del shale a la cual hay que proteger. La producción de petróleo de los frackers en los Estados Unidos había llegado a 13 millones de barriles por día y ahora ha comenzado a declinar por el accionar de las empresas a 11 millones de barriles diarios. Ya hemos dicho que ni los más eficientes frackers en los más prolijos sweetpots son rentables por debajo de 30 dólares por barril.
Bueno como en Estados Unidos, el gobierno no puede imponer a hacer bajar la producción a las empresas petroleras (creemos que puede ser considerado hasta ilegal), pues el palo y zanahoria funcionó con la OPEP+. Como han cambiado los tiempos y los intereses. Los precios bajos de los combustibles que beneficiaban a sus ciudadanos cuando las importaciones eran dantescas ya no son lo primordial para el gobierno norteamericano. 


PUBLICADO: 25 de julio de 2020
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